La evolución del lider y su crecimiento
Hace unas semanas tuve la fortuna de asistir al concierto de Enrique Bunbury junto con su mítica banda, El Huracán Ambulante, en el pabellón Príncipe Felipe. Hacía muchos años que no tocaban juntos, y bastaron unos segundos sobre el escenario para notar las ganas acumuladas, la complicidad intacta.
Para quien no los conozca, El Huracán Ambulante está formado por Jordi Mena (guitarra solista), Del Morán (bajo), Ramón Gacías (batería), Copi (teclados), Ana Belén Estaje (violín y coros), Luismi Romero (percusión) y Javier García Vega (trombón). Un conjunto de músicos tan distintos entre sí como complementarios.
Durante el concierto, todo encajó y sono a la perfección. La guitarra, el violín, el trombón, la voz… todo sonaba con una precisión y emoción que solo tienen los equipos que se entienden sin hablar. En ese instante, mi atención se fue inevitablemente hacia la figura del líder: Enrique Bunbury.
Había algo fascinante en cómo cada miembro de la banda tenía su espacio, su momento para brillar, y aun así el conjunto sonaba como un reloj suizo. Se notaba que había un trabajo profundo detrás: respeto, confianza y una dirección clara. Y pensé en todo lo que eso dice del liderazgo.
Lo interesante no es solo cómo lidera hoy, sino cómo ha evolucionado. Porque Bunbury no siempre fue así. Quienes seguimos su carrera recordamos los tiempos de Héroes del Silencio, aquella banda que llevó el rock español por media Europa —Alemania, Polonia, Latinoamérica— y que, en el punto más alto de su éxito, se disolvió. En aquel entonces, quizás por la juventud, el ego o el vértigo del éxito, Bunbury lideraba desde la intensidad, la exigencia… y también desde cierta tiranía. Era el centro del huracán, pero también la causa de su ruptura.
Años después, verlo sobre el escenario con la misma pasión pero con más equilibrio, más escucha y más conexión con su banda, muestra la evolución de un líder que ha aprendido a liderar desde la madurez. Un líder que ya no necesita ser el protagonista absoluto para brillar. Que entiende que el talento crece cuando se comparte y que el éxito es más sólido cuando todos se sienten parte de él.
🧭 Cómo evoluciona un líder
Nadie nace sabiendo. Y en el caso de un líder, su verdadera evolución comienza cuando comete errores. Todos los cometemos —y más de los que nos gustaría—, pero lo importante no es evitarlos, sino aprender de ellos. Entender en qué te has equivocado, reconocerlo sin miedo y usar esa experiencia para actuar de forma diferente la próxima vez.
Esa es la base del crecimiento: convertir el error en aprendizaje. Y, como todo proceso, depende mucho del bagaje de cada uno. En el mundo IT, por ejemplo, no es lo mismo venir de un perfil técnico que de un perfil de negocio: los fallos pueden ser distintos, pero el impacto y la oportunidad de aprendizaje suelen ser los mismos.
🚀 De individual contributor a líder
En muchas organizaciones se da por hecho que una persona brillante en su rol individual está preparada para liderar equipos. Pero ser un gran profesional no garantiza ser un buen líder.
Ocurre algo parecido a lo que vemos en el deporte: un jugador con talento, que entiende el juego y anima a sus compañeros, no necesariamente será un gran entrenador. Son dos papeles distintos, con habilidades distintas.
Liderar implica pasar de ejecutar a hacer que otros ejecuten bien, de destacar tú a hacer que los demás brillen. Y eso requiere desarrollar competencias nuevas —comunicación, empatía, gestión de conflictos, visión a largo plazo— que no siempre se aprenden de manera natural. Muchas veces, al empezar, uno actúa según su propio sentido común, y ahí es donde cada persona traza su propio camino de evolución.
Errores mas comunes
Uno de los errores más importantes al convertirse en líder es pensar que puedes seguir resolviendo los problemas de la misma forma que lo hacías como individual contributor.
Hay muchos desarrolladores brillantes que, por distintas circunstancias, terminan en la vertiente del management. En muchos casos, el cambio viene motivado por razones económicas: en ciertas organizaciones, la única forma de crecer salarialmente es asumiendo un rol de liderazgo. Pero esa transición implica empezar, en cierto modo, desde cero. Podías ser un desarrollador excepcional, pero como manager eres una incógnita.
¿La razón? Porque las habilidades necesarias son completamente diferentes. No tienen nada que ver.
Para quienes venimos de un perfil técnico, este cambio puede ser especialmente difícil. Resulta complicado no bajar al barro, no intentar entender cada detalle técnico. Pero aprender a soltar no significa volverse alguien desconectado de la realidad técnica. Significa usar ese conocimiento para ayudar al equipo a crecer, aprender y confiar en ti. Esa es una de las grandes ventajas de un manager con pasado técnico.
Debemos evitar frases como “eso se hace en cinco minutos” o “eso está tirado”. Sin embargo, también debemos ser capaces de detectar cuando el esfuerzo estimado no tiene sentido. En esos momentos, hay dos caminos posibles:
Hacer un challenge al equipo, para entender si hay algo que se está valorando de forma distinta o algún requerimiento mal interpretado.
Confiar en el criterio del equipo, porque quizás están viendo aspectos que tú ya no controlas tan de cerca.
No hay una fórmula mágica. Cada situación exige una decisión distinta. Como líder, tu papel es evaluar qué conviene más en cada momento: ¿tienes margen de tiempo?, ¿hay un deadline crítico?, ¿puedes permitirte explorar o necesitas ejecutar?
Solo viviendo esas situaciones aprendes a encontrar el equilibrio entre la dirección técnica y el liderazgo.
Otro de los errores más comunes, es perderte en los aspectos tecnicos y dejar de lado el aspecto humano y de las personas. Foco en la tecnologia por encima de todo, es algo normal, en roles tecnicos siempre nos apasiona la tecnolgía pero ahora tu función principal no es esa. Tienes que ver que acciones puedes hacer para que mejor el funcionamiento de todo el conjunto, antes tu impacto era un x1, o bueno si eras muy bueno en el mejor de los casos podriamos decir que eres un x2… pero si tu tienes un equipo de N personas cual es tu impacto Nx lo cual quiere decir que tienes que pensar muy mucho en que aspectos son los prioritarios para ti. Por ejemplo el analizar como migrar de versión, cuanto de impacto tiene? En el producto? Es posible para que sea mucho más mantenible y escalable en el tiempo … pero por ejemplo saber como esta cada miembro del equipo, que aspectos le preocupan, en que le puedes ayudar, que le hace falta para que rinda como sabe, para que este contento y que su impacto sume al equipo porque vamos a lo que comentaba en el anterior post la importancia del equipo por encima de todo.
La visión estrategica
Otro punto importante que debemos tener claro es cuál es nuestra visión a largo plazo. No se trata solo de mirar el presente, sino de prepararnos para lo que está por venir. Este es uno de los grandes retos en el liderazgo: muchos líderes se enfocan únicamente en el corto plazo.
El corto plazo es, en cierto modo, no levantar la mirada del barro: estar atrapado en el último detalle técnico. Imagina que ves una tendencia clara en tu producto o en tu tecnología: la posibilidad de incorporar un nuevo lenguaje, migrar a otro cloud o adoptar una tecnología que sabes que inevitablemente llegará. Ante ese escenario, tienes dos opciones: esperar a que ocurra y reaccionar cuando ya esté encima, o anticiparte.
Anticiparse significa preparar al equipo: planificar formación, contratar perfiles con ese conocimiento, apoyarte en expertos de la compañía o explorar pruebas de concepto que permitan aprender con tiempo. Hay muchas alternativas, y la visión que tengas determinará tu capacidad de anticipación, de tomar mejores decisiones y de posicionar al equipo para el futuro.
Ahora bien, ¿cómo se desarrolla esa visión? No hay una única respuesta. En gran medida depende de la evolución del propio líder: de su capacidad para mantenerse cerca del producto, entendiendo qué decisiones impactan en la tecnología, y al mismo tiempo estar conectado con la realidad técnica, identificando cómo las decisiones tecnológicas pueden aportar valor al producto. Es ese equilibrio el que permite anticipar, preparar y guiar al equipo en la dirección correcta.
Resumen
Nadie nace sabiendo. Cuando asumes un rol de liderazgo no te entregan un manual de instrucciones, y es completamente normal cometer muchos errores al principio —nos pasa a todos.
Mi consejo es apoyarte en quienes ya han recorrido ese camino: aprende de tus compañeros en roles similares, pregunta, pide ayuda y también ofrécela. Fórmate, lee, observa y mantén siempre una actitud abierta al aprendizaje.
Desde esa mentalidad, tu evolución será natural y constante. Y esto no aplica solo al liderazgo, sino a cualquier puesto y, en realidad, a cualquier ámbito de la vida.
👉 ¿Y tú? ¿En qué momento estás de tu camino como líder: aprendiendo, soltando, o enseñando?